El antisemitismo tiene su origen en el Cristianismo. Dado que el Judaísmo no consideraba a Jesús como el Mesías, a los ojos de la Iglesia Cristiana, negaba el plan de Dios para la salvación de la humanidad. Contemplado originariamente como el antecedente del Cristianismo, el Judaísmo se convirtió con el tiempo en su antítesis.

Martín Lutero pensaba que los judios habían asesinado a Cristo. En 1543, Lutero publicó el panfleto antisemita «Sobre los judíos y sus mentiras», en el que recomienda expulsar a los judíos de las ciudades alemanas y prender fuego a sus casas y sinagogas.